Somos cinco mil
en esta pequeña parte de la ciudad.
¿Cuántos seremos en total en las ciudades y en todo el país?
“Somos cinco mil”, último poema de Víctor Jara.
El arte, como expresión, es un medio por el cual no sólo se muestra lo estético de la realidad, sino también se involucra y puede ser vehículo de denuncia para transformar aquella sociedad que lo necesita. La función social del arte, a comparación del arte propiamente burgués, no sólo adquiere un trasfondo ideológico, sino que va más allá e invita a la reflexión y a la acción en última instancia.
El arte y la protesta han ido de la mano en diversos contextos y en diferentes formas: músicos, pintores, escritores, poetas, cineastas, actores, etcétera, lo han demostrado. Sin duda, el compromiso social de dichos artistas ante las injusticias ha logrado que se ganaran un lugar en la memoria colectiva en algunos casos, en otros, aunque no menos críticos, han sido parcialmente olvidados. Por ejemplo, el caso de Víctor Jara quien fue asesinado el 16 de septiembre de 1973, en el contexto del golpe de Estado de Augusto Pinochet en Chile; como ha sido el caso de muchos artistas, su protesta fue violentada de una u otra forma. Un par de años después, también fue asesinado el cineasta Raymundo Gleyzer en Argentina. Ambos fueron artistas militantes, cuya producción aún queda vigente de muchas maneras.
En el entendido de que el arte es un medio y éste nunca es apolítico, también se convierte en un espacio de lucha. Ni los artistas ni los espectadores son neutrales, es decir, tienen una posición de clase, siempre se relacionan con su historia y las condiciones sociales que los producen. Muchas veces se contrapone al arte que defiende, directa o indirectamente, al grupo o sistema que genera la injusticia.
Desde Bertolt Brecht y sus poemas hasta Banksy y la transgresión de las calles con grafitis, los artistas han intentado usar sus medios para condensar un sentir común frente a las injusticias. De este modo “Entierro de un trabajador”, que es el nombre de uno de los primeros y polémicos trabajos del artista mexicano Siqueiros, dio inicio al trabajo comprometido que realizó durante su vida. Por el contrario, y muy alejado del contexto latinoamericano, la canción punk “God save the queen” sonó por primera vez en algún lugar de Inglaterra, ganándose un lugar en los jóvenes ingleses por parodiar y dejar en evidencia los contrastes entre la monarquía y la clase trabajadora de aquel país: “when there´s no future”.
Lo que entrelaza a todas estas expresiones culturales, sociales, políticas, ideológicas y, por supuesto, temporales, es la utilización de los medios artísticos para hacer frente a sus respectivos embates.
